domingo, 10 de junio de 2012

Torquato Tasso
(1544-1595)

 A LAS GATAS 
DEL HOSPICIO DE S. ANNA





Dedico esta versión del soneto "Alle gatte de lo spedale di S. Anna" al ensayista italiano Alfonso Berardinelli, de cuyos labios escuché el poema por primera vez, recitado de memoria en una visita que hicimos a mi casa paterna en el Valle de Traslasierra. "Alle gatte de lo spedale di S. Anna" fue escrito durante los años (1579-1586) que Torquato Tasso transcurrió encerrado en ese manicomio por orden de los duques de Ferrara y forma parte de sus Rimas.



A LAS GATAS DEL HOSPICIO DE S. ANNA


Como en el mar, si oscura y si demente
Borrasca lo hace turbio y resonante,
A la estrella en que el polo arde flamante
Exhausto timonel alza la frente,

Así me vuelvo, oh bella gata, en esta
Fortuna adversa hacia tus santas lumbres
Y son estrellas para mí, vislumbres
De paz que al viento sobre el mar recuesta.

Otra gatita llega y veo en su encanto
La Osa Mayor con la Menor: oh gatas,
Candiles de mi estudio, amadas gatas,

Si el cielo las protege del maltrato,
Si pone carne y leche en cada plato,
Dénme la luz para escribir mis cantos.


TORQUATO TASSO


[Versión de P. A.
Córdoba, 10-VI-12]


*


ALLE GATTE DE LO SPEDALE DI S. ANNA


Come ne l'ocean s'oscura e 'nfesta
Procella il rende torbido e sonante,
A le stelle onde il polo è fiammeggiante
Stanco nocchier di notte alza la testa,

Così io mi volgo, o bella gatta, in questa
Fortuna avversa a le tue luci sante,
E mi sembra due stelle aver davante
Che tramontana sia ne la tempesta.

Veggio un'altra gattina, e veder parmi
Orsa maggior con la minore: o gatte,
Lucerne del mio studio, o gatte amate,

Se Dio vi guardi dalle bastonate,
Se 'l ciel voi pasca di carne e di latte,
Fatemi luce a scriver questi carmi.


TORQUATO TASSO


viernes, 8 de junio de 2012


Lección de gatos


[Baudelaire, Ciro y Jerjes]


“...o gatte,
lucerne del mio studio, o gatte amate…”

Torquato Tasso


En efecto, paso a menudo horas con Baudelaire, el gato que encontré en la calle, o con Ciro, el tigrecito gris, aovillados sobre las rodillas. Así, mientras ellos duermen o meditan o se desperezan, yo leo, pienso, fumo, veo televisión, escribo o simplemente me quedo mirándolos. Se aprende más de la contemplación del silencioso gato que de tantos intentos inútiles de diálogo con quienes no se escuchan más que a sí mismos y llaman pensar a esa vanilocuente sordera, quienes confunden pasión con prepotencia y creen que insultar o levantar la voz sirven como argumento. Se aprende, por ejemplo, a desoír con necesario desdén esas voces alteradas (tampoco los gatos soportan a los que vociferan), a alejarse con tranquila indiferencia de sus crispaciones: “ladridos de los perros / a su cadena atados”. Eso, la libertad antes que nada, la calma de su inmovilidad y la elegancia de sus movimientos, la soledad serena, y otras cosas más hondas e inasibles, enseñan los gatos.


[Córdoba, 7-VI-12]


domingo, 3 de junio de 2012


Robert Frost

El prado





El prado


Voy a limpiar la fuente de mi prado;
Voy a sacar las hojas, nada más
(Quizá me quede a ver el fondo claro):
Ven tú también. No voy a demorar.

Voy a buscar el ternerito, al pie
De la madre. Es tan chico que cuando ella
Lo lame con su lengua, tambalea.
No voy a demorar  Ven tú también.



Robert Frost


[Versión de P. A.
Córdoba, 30-V-12]


*


The pasture


I’m going out to clean the pasture spring;
I’ll only stop to rake the leaves away
(And wait to watch the water clear, I may):
I sha’n’t be gone long. You come too.

I’m going out to fetch the little calf
That’s standing by the mother. It’s so young
It totters when she licks it with her tongue.
I sha’n’t be gone long ─ you come too.


Robert Frost